Al terminar de dar lectura al acta, el presidente pregunta si estamos de acuerdo con ella. Nadie dice nada, ni los vocales que me acompañaron a hablar con los directores de Caixa Galicia, Banesto de Porto do Son y Banco de Galicia de Noia, por lo que manifesté lo siguiente: no la apruebo, porque me parece increíble que de todo lo que hable en la asamblea sobre el dinero y porque no aprobaba las actas, no conste nada.
También pregunté por qué no constaba la propuesta que había lanzado de ir los directivos y vocales a los bancos para saber quien estaba mintiendo. Propuesta que en la asamblea si habían aceptado, pero que la secretaria tuvo la suficiente desfachatez de no recoger nada.
A partir de ese momento el presidente se exalta y dice, hemos hablado con un asesor de la Xunta de Galicia y nos ha manifestado que las actas no son necesarias aprobarlas, porque ya están aprobadas. ¿Alguien entiende esto?
Continúa el presidente, además la secretaria no puede recoger todo lo que se habla. Digo que cuando expuse mis quejas nadie más intervino y no pido que se recogiese todo, pero de ahí, a que no recogiese ni una sola palabra, me parece un pitorreo.
Tercer punto. El presidente lee la solicitud que hace el Ayuntamiento, para la instalación de un centro de transmisión en el monte Penas de Calo, se aprueba sin ninguna oposición.
Al ser una cesión, deberá de ser ratificado en una Asamblea General por los comuneros.
Fuera del orden del día, el presidente nos lee otra solicitud del Ayuntamiento, solicitándonos la mitad de los gastos por la limpieza de las pistas tal y como habían hechos en Baroña. Añadiendo que si no hacemos eso, llegará un día que no podamos pasar por ellas.
Pide votación sin querer dar tiempo a debatir el tema y como veo que algunos vocales sin pedir más explicaciones comenzaban a levantar la mano para dar su consentimiento, pido la palabra y digo que la petición viene fuera de lugar, por no estar reflejada en el orden del día. También digo que la limpieza de las pistas así como su conservación, es competencia del Ayuntamiento o la Diputación y por lo que pagamos nuestros impuestos, por lo que consideraba que la Comunidad no debía contribuir con sus fondos para dicha conservación.
A raíz de mis palabras son muchos los vocales que las hacen suyas y al final, por amplia mayoría, se desestimó la solicitud.
