Con la verdad por delante, esta editada por Francisco Calo García, comunero de pleno derecho de la Mancomunidad de Montes en Mano Común de Nebra.
Como vocal de la Junta Rectora y después como comunero, a lo largo de la legislatura (1991-1995) a la que hago referencia, fui muy critico con la gestión llevada a cabo por los directivos y posteriormente, como se puede comprobar en las actas, mucho antes de que se me implicase en ellas, coincidí con dos comuneros más en dichas críticas y encabezamos el grupo crítico, abalados en varios casos por las firmas que recogíamos de los comuneros y comuneras. Esto viene a corroborar que nunca estuvimos solos.
En dicha legislatura se amplió el cementerio parroquial de panteones, incumpliendo el acuerdo a que se había llegado en una asamblea general, de que debería tener capacidad para más de trescientos panteones. Como se puede comprobar "insitu", no se acató dicho acuerdo y por si fuese poco, pesa una orden de demolición parcial por parte de Patrimonio al no haberle autorizado esa parte de la obra.
Antes de que esta directiva tomase posición, algunos de sus miembros habían denunciando a la anterior por malversación de fondos. Denuncia de la que no sabemos nada aun hoy en día. Solo sabemos que los querellantes, sin haberlo incluido en un punto del orden del día, cobraron sus gastos y posteriormente, ya como directivos, siguieron facturando más gastos hasta su cese.
Estando en mi derecho y después los compañeros, acudimos a la Justicia denunciando a varios integrantes de la directiva con desigual fortuna en nuestras pretensiones. Lo curioso es que como podrán comprobar por las actas y por las sentencias, algo no encaja.
El caso más sangrante fue la denuncia tramitada por la Guardia Civil, en la que se absuelve a los demandados en base a un supuesto acuerdo que aparece reflejado en una de las TRES actas del 15 de enero de 1994. Por lo que me queda la duda de saber que acta quiso ver el juez y cual no. Por otra parte y aunque no hubiese esta grave irregularidad, supuestos acuerdos como eses tenían que ser refrendados por la Asamblea General, tal y como recogen los Estatutos, al no ser así, jurídicamente no tendrían validez.
En las subpáginas incluyo apuntes personales sobre mis intervenciones en las asambleas que no fueron recogidas por la secretaria o intervenciones de directivos y comuneros y que como es normal, prevalecen sobre ellos las actas. Pero hay excepciones, varias asambleas fueron gravadas por distintos comuneros que me las cedieron, por lo que en ellos se refleja son mucho más fehacientes que las actas aunque ante un juez no tengan ningún valor.
Con todo esto lo único que busco es que se sepa toda la verdad y la única forma de demostrarlo es esta, porque por desidia de los vecinos nunca hubo un interés real en comprobar quien decia la verdad, y por otra, que no siendo verdad nada de lo que se me atribuye en algunas actas, mi nombre nunca debió ser añadido a esas falsedades.